11 frases de Malcolm X que nunca se olvidaran (FOTOS)
Thomas Hagan, el único que admitió ser el autor de los disparos, salió de la cárcel en 2010 y pronunció una frase para la historia: “Me arrepiento de haber participado en algo que nunca debió ocurrir”.
Pero quien verdaderamente dejó frases que aún permanecen en el recuerdo colectivo fue Malcolm X, una figura no exenta de polémica. Mientras que para algunos fue un firme defensor de los derechos de los afroamericanos, otros lo acusaron de racista y de alentar a la violencia.
Sea como fuere, estas 11 frases suyas te harán pensar:
Malcolm X nació como Malcolm Little en 1925 en Omaha (Nebraska). Su padre, Earl Little, murió cuando él apenas había cumplido los seis años. Aunque oficialmente falleció atropellado por un tranvía, la comunidad negra siempre cuestionó esa versión, asegurando que el hombre había sido asesinado por un grupo llamado Black Legion, que formaba parte del Ku Klux Klan. Tres de los hermanos de Earl murieron también a manos de hombres blancos. “Mi padre era un pastor bautista y militaba en la Asociación Universal para Mejorar las Condiciones de los Negros”, recordaba el propio Malcolm X.
Malcolm X era uno de los alumnos más brillantes de su escuela secundaria, pero abandonó sus estudios después de que uno de sus maestros le dijese que su aspiración de ser abogado no era “ningún objetivo realista para un negro”. Después comenzó a vivir en albergues del Gobierno, dado que su madre había ingresado en un psiquiátrico tras la muerte de su padre.
Con 16 años, Malcolm X se fue a vivir a Boston junto a su hermana y allí trabajó como limpiabotas. Por aquellos años empezó a ser conocido como Detroit Red, se involucró en el hampa en Boston y Nueva York y se convirtió en un criminal callejero: traficante de drogas, proxeneta, ladrón… Con 21 años acabó condenado a 10 años de cárcel.
Salió de prisión en 1952 y se adhirió a la Nación del Islam, un movimiento que predicaba la redención negra mediante la conversión a la religión musulmana unida a un activismo radical en pro de los derechos civiles de los afro-americanos. Se refirió a los blancos como “diablos” y predijo el regreso de los negros a su lugar natural, en lo alto del orden social. Fue entonces cuando cambió su apellido por esa ‘X’.
“Mi ‘X’ reemplaza el nombre de amo blanco de Little que algún diablo de ojos azules [como llamaba a los blancos] llamado Little impuso a mis antepasados paternos”, explicó. Durante 12 años fue la cara más visible de la Nación del Islam, fundó el periódico Muhammad Speaks y llegó a ser el responsable de la organización en Nueva York. Los fundadores del grupo predicaban la doctrina de Yakub, que sostenía que el hombre original era un “hombre negro asiático”, por lo que la negra era la raza primigenia y superior.
En aquellos años su fama aumentó, se reunió con Fidel Castro, fue acusado de comunista y de apóstol de la violencia. Finalmente, abandonó la Nación del Islam en 1964 tras un enfrentamiento con el líder del grupo Elijah Muhammad. Además, había cambiado su actitud hacia los blancos y desechó la ideología de su organización religiosa en favor del islam ortodoxo. Al hacerlo, comenzó a temer que algún miembro de la Nación del Islam le asesinase.
Fundó entonces su propia organización, la Mezquita Musulmana, convencido de que había que participar activamente en la lucha política porque la campaña por los derechos civiles, liderada por Martin Luther King, no conseguiría por sí misma la liberación de los negros.
Malcolm X realizó en 1964 dos viajes a La Meca en los que contactó con líderes africanos. En ese momento incorporó a su discurso la lucha contra el imperialismo norteamericano. También fundó la Organización de la Unidad Afroamericana, un grupo secular que abogaba por el nacionalismo negro.
Malcolm X fue asesinado el 21 de febrero de 1965. Pronunciaba un discurso en el Audubon Ballroom de Manhattan. Cuando comenzó a hablar en una reunión de la Organización de la Unidad AfroAmericana estalló un alboroto entre la multitud. Alguien gritó: “¡Negro!, quita las manos de mi bolsillo”. Poco después, un hombre disparaba en el pecho a Malcolm. “Cuando el orador se disponía a hablar, una ráfaga de pistoletazos le cortó la palabra y la vida en un charco de sangre”, narró ABC.
Malcolm X había sido amenazado de muerte en varias ocasiones. “Vivo como un hombre muerto… Estoy marcado”, llegó a decir. De hecho, él y su familia salvaron la vida pocos días antes de su asesinato, cuando su casa fue incendiada.
Thomas Hagan, miembro radical de la Nación del Islam, fue la única persona que admitió ser el autor de los disparos que acabaron con la vida de Malcolm X. Salió de la cárcel en 2010. Junto a él, otros dos hombres, también miembros de la Nación del Islam, fueron declarados culpables y condenados: Norman Butler y Thomas Johnson. Los dos siguen manteniendo su inocencia, mientras la Nación del Islam ha negado siempre haber participado en el crimen, al tiempo que ha respaldado la inocencia de Butler y Johnson.
Sem comentários:
Enviar um comentário