El imperialismo estadounidense, industria cultural
y Marina Silva
18. Una humanidad confesional nos
pone a todos en un mismo paquete terrícola para ser manipulado, burlado,
parodiado. Fuerzas religiosas cristianas y sus atomizaciones católicas,
evangélicas, ortodoxas. Fuerzas religiosas islámicas y sus atomizaciones chiítas,
sunitas, salafistas, yihadistas, wabistas; fuerzas étnicas y sus atomizaciones
negras, blancas, indígenas, amarillas. Fuerzas confesadas de género y sus
atomizaciones heterosexuales, homoeróticas, travestistas, transexuales. Fuerzas
sapienciales y sus atomizaciones académicas. Fuerzas confesadas de derecha y de
izquierda y sus atomizaciones liberales, neoliberales, social-demócratas,
maoístas, leninistas, trotskistas; fuerzas geopolíticas y sus atomizaciones
occidentales, orientales, metropolitanas, periféricas, nacionales, energéticas.
Fuerzas. Fuerzas. Fuerzas. Atomizaciones. Fisuras. Bombas atómicas humanas.
Aquí está el conspirado/conspirando mundo de hoy.
19. El conspirado mundo en que
vivimos es, por tanto, confesional. Por esto mismo, religioso. El
fundamentalismo, desde este punto de vista, no es la excepción sino la regla
general del estado de sitio de la civilización burguesa bajo el signo del
imperialismo cosmológico gringo que decreta la siguiente indefinida consigna
para las fuerzas del planeta: ¡Sean libres confesando su marca de Caín!
¡Básense religiosamente por la naturaleza de las fuerzas de la Tierra, creyendo
en ellas como fuerzas esenciales de la naturaleza!
20. El dinero, como abstracción
monetaria, nada más es, desde este punto de vista, que la auto-valorización del
valor de las fuerzas de la Tierra. Bajo su dimensión imperial dolorificada se
transforma en dios del altar de la civilización burguesa, convocando a las
fuerzas de la Tierra a la reivindicación fundamentalística porque solo así
serán fieles a él. Solo así serán fieles al petrodólar porque solo así estarán
respaldados, como flujos callejeros y metamórficos de las grietas atómicas de las
fuerzas de la Tierra, su abstracción trascendental.
21. Es bajo este punto de vista
que es posible afirmar que Marina Silva, candidata a la presidencia del Brasil
por el PSB, representa al Estado Islámico de las y en las fuerzas
fundamentalistas de la Tierra, bajo el dominio planetario del imperialismo
yanqui. Ella es un lastre religioso agrietado y combinado de fuerzas étnicas,
por ser negra; de fuerzas de género, por ser mujer; de fuerzas religiosas, como
evangélica de la Asamblea de Dios; de fuerzas ecológicas, como antigua cauchera
de la selva amazónica, más allá de las fuerzas populares del Partido de los
Trabajadores (PT), por haber sido una de sus fundadoras y ministra del Medio
Ambiente del Gobierno Lula da Silva.
22. Marina Silva fue capturada y
cooptada por el imperialismo yanqui cosmológico que sabía identificar en las
atómicas fuerzas fundamentalistas aptas para ser meticulosamente combinadas,
con el objetivo de aplicar un golpe de estado en la mínima posibilidad de un
Brasil independiente de sus garras.
23. Ella cumple, pues, la misma
suerte del Emirato Islámico: una función geopolítica y energética con el
objetivo de contraponerse y combatir a las fuerzas liberadoras pero laicas
efectivamente resistentes a la dominación planetaria del imperialismo gringo,
como las fuerzas geopolíticas del BRICS. También está al servicio del retorno
de Brasil al orden neoliberal de los años 90, que imperó en toda América
Latina, a través de la obediencia canina al trípode económico neoliberal: altas
tasas de interés, superávit primario y cambio sobrevaluado.
24. No es casual que el mayor
banco privado de Brasil, el Itaú, la orquestara, agrietando y manipulando sus
atómicos trazos terrícolas. Y de banco en banco, se llega a Wall Street y su
deseo de volver a presentar al conjunto de América Latina, principalmente a los
países más rebeldes, Venezuela y Cuba, usando las fuerzas industriales,
poblacionales, territoriales, financieras y oligárquicas brasileñas, como
modelo de realización para la sumisión al imperialismo yanqui, incluso e igual
principalmente como modelo de realización fundamentalista a ser usado contra la
construcción de un mundo multipolar.
25. Contra Rusia y China, por lo
tanto.
26. Es por esto y mucho más que
tenemos todos los motivos del mundo para sospechar del supuesto accidente de
avión que llevó a la muerte al entonces candidato a la Presidencia de Brasil,
Eduardo Campos, en la placa del PSB. De todas las posibilidades, el accidente
de avión que lo mató, así como otras seis personas que estaban a bordo, la
menos factible, aunque probable, es la que nos quieren hacer creer: fue una
tragedia accidental. Como vice de Eduardo Campos, Marina Silva tomó su lugar en
un contexto de mediática catarsis nacional, meticulosamente USAda y abUSAda por
la red TV Globo y por los demás canales de televisión, sin contar la prensa
escrita ni la radiofónica.
27. Todo orquestado a priori o a
posteriori para alzarla como candidata con oportunidades reales de ganar la
próxima elección presidencial en el Brasil. Si eso no es conspiración
mediático/imperialista, ninguna otra cosa lo es.
28. La posibilidad de un sabotaje
es teoría de la conspiración de cara a una realidad a priori conspirada.
Descalificarla como insensata y paranoica es no ser capaz de análisis mínimo en
relación con la orquestada realidad maniatada por el imperialismo cosmológico
gringo, intrínsecamente establecido a partir de la indiscernibilidad entre el
conocimiento y el poder, entre la tecnociencia y el capital, teniendo en cuenta
el uso bélico de las posibilidades científicas engendradas por las revoluciones
atómicas, bio-electrónicas, robóticas, bio-informáticas, así como de la
bio-ingeniería, de la nanotecnología y de las tecnologías de la comunicación
—revoluciones que marcan y demarcan la era del imperialismo cosmológico, en
proceso.
29. La industria cultural
planetaria, cada vez más cosmológicamente potencializada por todas las
revoluciones tecno-científicas mencionadas, bajo el dominio del imperialismo
estadounidense, es el escenario a partir del cual toda la humanidad se vuelve
una parodia de sí misma —su propia farsa regresiva. Sin cesar, ella nos edita y
re-edita paródicamente, a través de artefactos culturales como telenovelas,
filmes, dramas teatrales, diseños, enredos literarios, diversos géneros
musicales, danzas, programas de entrevistas, enlatados (des)informativos, entre
otros.
30. Bajo el dominio del
imperialismo cosmológico gringo, la industria cultural transforma las fuerzas
de la Tierra en una regresiva farsa de sí misma, a través de la producción
sinfín de artefactos culturales confesados, fundamentalistas. Ella es una
poderosa tecnología de confesión que confina a las fuerzas de la Tierra al
gueto sin salida de la naturaleza vivida como creacionismo, condenándonos al
que hay: la civilización burguesa bajo el dominio planetario del capital
estadounidense.
31. Marina Silva es la versión
brasileña del Emirato Islámico. Cupo y cabe al creacionismo de la y en la
industria cultural pretender elegirla en nombre del Dios dólar del cosmológico
imperialismo estadounidense.
32. No tomar a la industria
cultural en serio, riendo no de la burla que ella hace de nosotros mismos sino
de la tragedia de su dominio oligárquico, es la salida revolucionaria.
33. Para ello, es necesario que
nuestras fuerzas terrícolas se vuelvan cosmológicas fuerzas no
fundamentalistas; fuerzas no limitadas por el estado de excepción de la
civilización burguesa y que por tanto ríen, cacarean, de las burlas mediáticas
del imperialismo gringo.
34. Pronto de nuevo la vieja
patraña de Marina Silva. El estado islámico de Brasil y en Brasil.
35. ¿Cortará nuestras cabezas
[como cualquier Antonio das Mortes de la dictadura: Nota del Trad.]?
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